miércoles, 9 de marzo de 2011

Bizcocho de manzana reineta y canela

Quedan pocos días para que el invierno nos deje y con él, algunas frutas ligadas a esta temporada. Entre ellas está la reineta, una de las manzanas más apreciadas en repostería por el equilibrio que ofrece entre acidez y dulzor, y también por la dureza de su pulpa. Aunque es una fruta de otoño, todavía puede encontrarse en algunos lugares que tengan variedad. Hace unos días cayeron en mis manos algunas piezas bien hermosas y con ellas preparé un bizcocho con su pulpa rallada y un toque de canela. Fue todo un éxito porque quedó increíblemente jugoso y no demasiado dulce. Justo como a mí me gusta.



Ingredietes:

200 g mantequilla (en pomada)
200 g azúcar
3 huevos
200 g harina
1 c.c. levadura en polvo
2 c.c. canela
1 pellizco de sal
1 c.c. extracto de vainilla
3 manzanas reinetas (peladas y ralladas)
azúcar lustre (para decorar)

Elaboración:

Precalentamos el horno a 175ºC.
Preparamos el molde que deseemos utilizar (yo he utilizado uno de corona desmoldable), untándolo con mantequilla o aceite vegetal y enharinándolo ligeramente.
Mezclamos y tamizamos la harina, la levadura, la canela y la sal en un bol aparte.
Con unas varillas eléctricas, batimos la mantequilla con el azúcar.
Incorporamos los huevos uno a uno, procurando no añadir el segundo hasta que se haya integrado bien el primero. Repetimos la operación con el tercer huevo.
A baja velocidad incorporamos la harina. Es muy importante no batir demasiado la mezcla en este paso.
Añadimos la vainilla y la manzana rallada. Mezclamos con una espátula hasta obtener una masa homogénea.
Vertemos la masa en el molde que teníamos preparado.
Hornearemos durante 40 minutos o hasta que la superficie se vea dorada.
Retiramos la bandeja del horno y dejamos el bizcocho enfriar sobre una rejilla.
Desmoldamos y espolvoreamos con azúcar lustre.

Sugerencia: Este bizcocho puede acompañarse con una bola de helado de vainilla o con una buena cucharada de nata montada y salsa de caramelo.


miércoles, 2 de marzo de 2011

Moqueca bahiana

Acabo de comenzar a leer Doña Flor y sus dos maridos de Jorge Amado, un libro que mi querida amiga Elena me ha regalado con mucho cariño por mi cumpleaños. Ella sabía que me iba a gustar porque la protagonista regenta una prestigiosa escuela de cocina en Bahía y salen a relucir mil platos típicos de la cocina brasileña y, más concretamente, del repertorio bahiano. Además, las obras de Amado se caracterizan por manifestar abiertamente su amor por la gastronomía y su vinculación con el erotismo y la mitología local, todo ello aderezado con mucho humor, folclore del bueno y un acentuado lirismo.

Sin ánimo de desvelar la historia, por si alguno de vosotros os animáis también a leer el libro, os diré que Doña Flor se encuentra en el dilema de elegir entre la fogosa relación sexual que mantenía con su primer marido, y la paz y estabilidad que le proporciona su segundo marido. La protagonista acaba planteándose si realmente es necesario renunciar a uno de los aspectos del amor... Y hasta aquí puedo leer.

Uno de los platos que se mencionan en el libro es la moqueca bahiana —que no debe confundirse con la moqueca capixaba procedente del estado de Espírito Santo— y me han entrado unas ganas locas de hacer este sencillo guiso de pescado. A ver qué os parece.


Para 4 comensales

Ingredientes:

800 g pescado blanco de carne firme (como el rape o el mero, aunque también se pueden utilizar lomos de merluza)
250 g langostinos (de tamaño grande)
4 c.s. aceite de girasol
1 cebolla grande (cortada en aros)
1 pimiento rojo (cortado en tiras)
1 pimiento verde (cortado en tiras)
ajo (cortado en láminas)
1-2 c.s. zumo de lima
sal y pimienta negra
1 lata de leche de coco
2 c.s. aceite de palma (dendé)
3 c.s. cilantro fresco picado


Elaboración:

En una sartén amplia ponemos a calentar el aceite de girasol. Añadimos la cebolla y el ajo, y rehogamos unos 5 minutos. Incorporamos los pimientos troceados y seguimos rehogando hasta que queden tiernos.

Colocamos los trozos de pescado, salpimentamos y regamos con el zumo de lima. Dejamos macerar unos 30 minutos.

Transcurrido este tiempo, añadimos el aceite de palma y la leche de coco y ponemos la sartén a fuego medio.

Cuando el pescado esté hecho, incorporamos los langostinos (pelados y sin hilo intestinal) y el cilantro. Damos un hervor a fuego fuerte hasta que los langostinos cojan color y la salsa quede espesita y bien trabada. Si es necesario, rectificamos de sal.

Servimos acompañado de una guarnición de arroz blanco.


Sugerencia: El aceite de palma es el ingrediente clave en este plato, ya que le aporta un sabor inconfundible. De hecho, puede incluso resultar demasiado marcado para quienes no estén familiarizados con su uso. Además, si no nos resulta fácil conseguirlo, podemos suprimirlo y, aunque menos auténtica, la receta seguirá siendo igual de deliciosa.